“Para estar saludables, fuertes y tener movilidad no hace falta nada más que el cuerpo.”

Iván del Pino / Salud y Movimiento

Charla consciente nº2 con Iván del Pino de Rawsapiens, coach de movimiento y entrenador. Una entrevista sumamente interesante, relacionada con la salud a través del movimiento, la tecnología y sus consecuencias, y muchos otros aspectos enfocados en mejorar nuestra salud física y mental. Iván ha compartido con nosotros pequeñas estrategias para mejorar los espacios que habitamos, claves para entrenar de forma saludable nuestra mente y cuerpo, y lo más importante; nos ha hecho reflexionar sobre conceptos como el poder de la naturaleza humana, la diferencia entre ejercicio y movimiento, y la necesidad de cambiar muchos de los hábitos de la sociedad actual.

¿Cuál es la conexión entre salud mental y salud física?

Veo que es muy difícil desprendernos de ese tipo de separaciones, de ese tipo de dicotomías, porque las tenemos muy metidas dentro. Pero hay que entender que es un modelo teórico conceptual y hay que identificar cuando ya es un modelo que no sirve. Y no lo pienso yo únicamente, lo está diciendo muchísima gente en el campo de la ciencia; No hay separación entre la mente y el cuerpo, eso es una idea religiosa donde la mente gobierna, es el centro de control y el cuerpo es gobernado por la mente. Entonces, yo pregunto: ¿La falta de sueño, el trastorno de los ritmos circadianos,  la comida procesada… afectan a la salud mental o a la salud física? Cuanto más avance la ciencia, más nos vamos a dar cuenta de que ambas partes están completamente conectadas. Pasa lo mismo con la ansiedad, tenemos en tiempo real una serie indicadores como la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, la activación de ciertas partes del cerebro, eso es completamente físico y material, entonces la retroalimentación es total. Y en ese sentido, no es una crítica a la psicología, pero es profundamente incompleta ya que responsabiliza mucho al individuo de su salud, cuando muchas veces no tiene que ver contigo, tiene que ver con tu entorno, tiene que ver con la relación con el mundo, la relación con los demás. Entonces volvemos a la esfera de control. Hay factores de nuestra salud física y mental, porque no hay separación real, que dependen de ti, hay factores que dependen parcialmente de ti y factores que están fuera de tu control. Creo que hay que tener muy en cuenta esa esfera de control.

¿Qué significa estar sano físicamente?

La salud es un concepto muy absoluto, como puede serlo la felicidad. Son conceptos que hay que tratar con cierta cautela, porque podríamos proponer unos estándares de salud metabólica, unos estándares de fuerza de movilidad por edades, por sexo… Podríamos hacer eso, pero realmente sería bastante reduccionista y bastante simplificador. Porque claro, tú eres una persona activa, eres una persona muy deportista, has vinculado tu identidad desde pequeño a eso pero, ¿Desde qué lugar haces ejercicio? ¿Desde una autoexigencia tremenda, porque tienes que ser la mejor en el trabajo, la mejor en el deporte, la mejor madre, la mejor trabajadora? Entonces eso es muy importante. Con la comida pasa igual, claro que es importante comer comida natural, pero es muy importante también en qué estado fisiológico comes. Si comes rápido porque tienes una reunión de trabajo, estás claramente en un estado no óptimo para comer. Es muy complicado dar unos estándares de lo que es salud y lo que no, está claro que el ser humano está hecho para moverse, y seguramente no está hecho para moverse una hora al día en el gimnasio y pasar 11 horas en una silla.

 

“La salud es un concepto muy absoluto, como puede serlo la felicidad. Podríamos proponer unos estándares, pero realmente sería bastante reduccionista y bastante simplificador.”

 

Esto lo dice Daniel Liberman, que es un paleoantropólogo de Harvard. Súper, súper interesante. El ser humano está hecho para para moverse de continuo, es mucho más interesante introducir pequeños snacks de movimiento durante el día. Pequeñas pausas, estás trabajando, te pones un cronómetro, ha pasado una hora y media hago 10 sentadillas. El ojo es un músculo, por lo tanto, si miras lejos, desconectas también mentalmente. Entonces, es más interesante ese tipo de movimiento orgánico en el día a día que ir a entrenar una hora. Pero si solo lo enfocamos desde el punto de vista individual, eso es lo que nos queda, pequeños márgenes de maniobra. En cambio, si intentamos hacer algo como casafelisa, que es una iniciativa que intenta ir un poquito más allá de lo individual, construir en una esfera un poquito más colectiva, pues ahí se pueden hacer cosas mucho más interesantes, porque al final en casafelisa habrá una serie de tareas, habrá una serie de proyectos y de sueños que necesitarán manos y cuerpos, o ¿Lo van a hacer los algoritmos y los robots?

Nosotras empezamos este proyecto para hacer algo con propósito, hacer algo más que simplemente diseñar un espacio bonito. Además, somos conscientes de que los espacios que habitamos, tanto actualmente como desde la Revolución Industrial, no suelen ser espacios creados para el bienestar humano. Y toda la filosofía que nos venden, el capitalismo, tampoco se ajusta a nosotras. Desde casafelisa, siempre intentamos hackear la felicidad ya que es el pilar fundamental de nuestros proyectos. No pensamos en la sostenibilidad como base o punto diferencial de nuestro proyectos ya que eso es algo que debe respetarse sí o sí. Porque al final, si el planeta no está bien, si no tenemos naturaleza, ¿Cómo vamos a estar bien?

Ya que la felicidad es nuestro enfoque principal. ¿Tú cómo lo ves?, ¿cómo está conectada nuestra salud física con nuestro nivel de felicidad?

Está profundamente conectado. Creo que ahora voy a ir a lo concreto, a cosas que podemos hacer en nuestro día a día para estar en mejor, en mejores condiciones, para ser felices o al menos para ser conscientes, para estar presentes, que de ahí creo que nace un poquito lo que puede ser la felicidad.

Has hablado de la naturaleza, es importante destacar que igual que hablábamos de la separación de cuerpo y mente como un modelo conceptual que ya no sirve; La naturaleza como algo que está fuera de nosotros, donde estamos nosotros y luego vamos al campo un fin de semana y esa es la naturaleza… Tampoco sirve.

Eso es otro modelo que refleja la sociedad que hemos creado. Pero no es real. Hoy en día sabemos, por ejemplo, que la naturaleza está dentro de nosotros, de nuestro organismo. Tenemos más genoma microbiano que genoma propio, que ahí se abren debates muy interesantes en torno a: ¿Quién está al volante, que somos nosotros o realmente nosotros somos contenedores de otra cosa? Ese es un debate filosófico súper interesante.

 

“La naturaleza está dentro de nosotros, de nuestro organismo. Tenemos más genoma microbiano que genoma propio”

 

Somos naturaleza, creo que es importante decirlo. En la felicidad iría un poquito más a lo terrenal. ¿Qué relación tenemos con los demás si somos una sociedad completamente individualista donde nos relacionamos a través de intermediaciones tecnológicas?, ¿somos capaces de escuchar las necesidades del otro?, ¿tenerlas en cuenta?, ¿crear comunidades?, ¿qué relación tenemos con la naturaleza y sus productos que comemos?… Todo esto influye en la felicidad.

Somos una sociedad profundamente creyente en el uso de la tecnología. Teniendo en cuenta las connotaciones que tiene la palabra creyente… Todas las soluciones que se nos ocurren a los problemas hoy en día son tecnológicas.

Incluso hay un nombre para eso, tecno-optimista. La gente que cree que la tecnología lo solucionará todo, todos los problemas de la sociedad.

Sí, hay varios autores que hablan de eso, de tecno optimismo. También está el concepto de solución tecnológica, que es la idea: No os preocupéis. ¿Cambio climático? Tranquilos, se va a solucionar, no vamos a tener que repensar como sociedad nuestra relación con el consumo, con la producción, con los cuidados, con nada. No os preocupéis, porque la tecnología lo va a resolver. Y claro, la cuestión es que las soluciones de hoy son los problemas de pasado mañana. Por ejemplo, hace 10 años era super cool y super guay que tus hijos fuesen al colegio con pantallas y con mucha tecnología. Eso era lo moderno y lo guay. Y hoy en día, claro, resulta que los ingenieros de Silicon Valley no llevan a sus hijos a colegios con tecnologías, llevan a sus hijos a colegios lo más analógicos posible. Entonces, ¿qué ha pasado? Era la esperanza de modernización y hoy resulta que no nos deja pensar con claridad.

Todos hemos visto el documental de Netflix sobre el dilema y las consecuencias de la tecnología en la gente (El dilema de las redes sociales, 2020, Jeff Orlowski). Es como: ¡Qué fuerte, qué fuerte! Pero, no se puede coger a este tipo por la pechera y decirle tú puedes tener un negocio, tú puedes tener una red social, pero tú que además lo sabes porque hay informes que lo dicen, no puedes hacer cosas que perjudiquen la salud pública, entonces esto sí y esto no. Tú puedes tener red social, pero no puedes hackear los circuitos de recompensa de las personas.

Y volviendo al tema de tecnología, ¿qué opinas sobre todos estos gadgets que llevamos y usamos a parte del móvil? Ahora todo el mundo tiene una pulsera inteligente, hay aplicaciones para controlar tus horas de sueño, etc. ¿Qué opinas sobre eso?

Decir que son buenas o malas, sería muy sencillo. Es una cosa muy dicotómica. Yo creo que hay que entender por qué surgen estas tecnologías y qué es lo que sustituyen. Y yo creo que surgen en un momento en el cual básicamente hemos perdido la conexión con nuestro cuerpo, con con las tecnologías y la conciencia propia que tenemos en nuestro cuerpo. Hay un diálogo que se llama enterocepción, que es lo que transmite el cuerpo, los órganos hacia arriba. Entonces todo ese diálogo de: ¡Ah, pues no, no me encuentro perfectamente!, muy resumido, realmente es muchísimo más complicado, pero eso es información endógena, información interna que tiene nuestro sistema. Y cuando nosotros perdemos la capacidad de entender esa información, se nos ofrece el mercado. En este caso, nos ofrece toda una serie de soluciones, entre comillas soluciones, porque siempre son reduccionistas de la riqueza que tenemos nosotros del proceso evolutivo, siempre es una hiper simplificación de ella y vienen a sustituir básicamente esa capacidad. Hemos perdido la capacidad sensoperceptiva y entonces necesitamos este tipo de gadgets como los smartwatchs.¡Ojo! que hay gente que dice: Bueno, es que es un primer paso para reconectar con con el cuerpo. El problema es que confiamos demasiado en estas tecnologías. Sin embargo, si tú tomas esas indicaciones de frecuencia cardíaca o de horas de sueño (según dice tu móvil) como un dato más, entre otros, como: ¿Cómo me siento? ¿Qué tal ha sido mi digestión? ¿Cómo son mis pensamientos? ¿Cómo me he levantado hoy? Si fuese un dato más, ok, yo compro ese argumento de que puede ser un primer paso, pero me parece que no, que están sustituyendo una cosa propia. Y en biología hay una ley que dice: Todo lo que no usas, lo pierdes.

 

En biología hay una ley que dice: Todo lo que no usas, lo pierdes.

 

¿Qué podría pasar si perdemos esta capacidad de conciencia somática y dejamos de sentir y escuchar a nuestro cuerpo?

Pues vamos a parecernos cada vez más a la simplificación que estamos comprando. Vamos a parecernos cada vez más a una métrica hiper simplificada y básicamente a las máquinas. No quiero plantear una distopía de que vamos a convertirnos en robots, pero básicamente tenemos una riqueza sensorial y si no la usamos se va a atrofiar y no vamos a entender nada de lo que está pasando. Vamos a tener que externalizar todo en dispositivos. Creo que la palabra externalizar es muy importante en términos de salud física y la salud mental, porque funciones que teníamos, que comprendíamos a una escala individual, a una escala comunitaria, las estamos trasladando a la tecnología o incluso a expertos. No tengo nada en contra de la psicología o de la medicina, pero si se pierde todo ese conocimiento ancestral, esa sabiduría, y no va a quedar otra que que eso… no va a haber posibilidad de comprendernos a nosotros mismos y de sanarnos mutuamente. Siempre expertos y siempre a través de la mediación del dinero. Ese es el mundo hacia el que estamos yendo.

No sé si, ¿has leído el libro Homo Deus de Harari? (Homo Deus, 2016, Yuval Noah Harari)

Me leí Sapiens. Homo Deus me parecía muy correcto y muy real, pero bastante aterrador. Entonces dejé de leerlo.

Es brutal, ¿no? Porque lo advierte. Yo no creo que sea una predicción de lo que va a pasar, pero advierte de muchas cosas, y advierte diciendo: ¡Vaya!, queréis ser cyborgs, queréis ser mitad robot y mitad persona, y que os hackeen algún día porque vuestro software tenía una debilidad y tenéis que pagar dinero para que os curen de los hackers que asesinaron a vuestro sistema de salud…

Voy a poner un ejemplo que es polémico y que no es un modelo de sociedad que yo defendería: Están los amish, esta gente en Estados Unidos que viven como en la Edad Media. Claro, son una sociedad profundamente reaccionaria y conservadora. Pero sí que es verdad, que deciden qué elementos técnicos entran en la comunidad y cuáles se quedan fuera, supuestamente en deliberaciones públicas, entre comillas públicas, porque seguro que no son un proceso totalmente democrático. Seguro que es un proceso de deliberación dominado por hombres, etc. Pero bueno, hay como una deliberación pública sobre eso. Nosotros no tenemos eso. Es como que nos hemos puesto a remolque del proceso técnico. Entonces, no somos capaces de como decía antes, decirle a Zuckerberg: Mira, tú puedes hacer esto, pero no puedes hacer esto, no te dejamos, no vamos a comprar el pack completo porque está teniendo consecuencias graves.

Creo que hay que recuperar esa idea de poner límites. Ya que el problema es que las consecuencias salen tiempo más tarde. Pero hoy ya tenemos mucha información sobre algunas consecuencias negativas. Y no se trata de hacer una enmienda a la totalidad de la tecnología. Es mala. No. Lo que pasa es que como sociedad tenemos el derecho y el deber de evaluar qué cosas sí y qué cosas no.

¿Cómo podemos mejorar el control de nuestro cuerpo? ¿Cómo podemos volver a los orígenes y empezar a controlar mejor el cuerpo y las sensaciones que tenemos?

Pues en un plano individual, las cosas que podemos hacer hoy, aceptando las cosas como están; quiero decir, viviendo en ciudades, la mayoría de personas teniendo trabajos que consumen una serie de horas al día en estas condiciones… Creo que hay cosas que podemos hacer, como por ejemplo, básicamente entender que el ejercicio y el movimiento no es solo un tema cuantitativo sino que también es un tema cualitativo. Por ejemplo, te gusta salir a correr una hora y media todos los días, pero es que no sólo tienes una cadera o un tobillo y un pie, resulta que también tienes un hombro, también tienes una columna vertebral y hay un montón de articulaciones de tu cuerpo que no saben que haces ejercicio, no saben que eres muy deportista y que todos los días corres una hora y media. ¡No se han enterado porque ellos no tienen ningún tipo de estímulo!

Entonces hay que ocuparse de ello. Y hasta ahora lo más interesante que ha salido, desde mi punto de vista, lo más sistemático para tratar esto, es un sistema que lo ha creado una gente en Estados Unidos que se llama Functional Range Conditions (FRC), un protocolo al que llaman Controlled Articular Rotations (CARS). Ellos proponen rotaciones articulares matutinas. Básicamente consiste en hacer circunferencias con todas las articulaciones. Lo más sencillo sería desde el cuello ir bajando como un escáner o al revés desde el tobillo, y hacer ese tipo de circunferencias para mantener la salud articular, el rango de movimiento, el control articular… Eso para mí sería un cambio. Imagínate que todos lo hiciésemos por las mañanas, las consecuencias en salud articular, en dolores… serían tremendas, serían enormes. Sólo con ese pequeño cambio, y te estoy hablando de cinco minutos. No te estoy hablando de un entreno de una hora y media, de los estándares de la OMS, de 10000 pasos. Simplemente cinco minutos al día tratando articulación por articulación. ¡Eso sería un cambio brutal!

 

“La cantidad de horas que pasamos de alguna manera inactivos o sentados en sillas con la cadera a 90 grados, es brutal. A nivel músculo esquelético la gente está bastante fastidiada.”

 

Y luego, creo que hay que hablar de que un problema central hoy en día son las sillas. No porque esté mal sentarse en sí o porque nos pongamos en una mala postura, sino porque pasamos una cantidad brutal de horas. Si lo pensamos además del trabajo, luego cenamos, comemos y desayunamos sentados. Vamos al trabajo sentados. Y luego nos vamos a dormir, quiero decir, la cantidad de horas que pasamos de alguna manera inactivos o sentados en sillas con la cadera a 90 grados, es brutal. A nivel músculo esquelético la gente está bastante fastidiada. Una solución que no propongo yo, sino que propone toda la gente que viene de MovNat (movimiento natural), es la idea de desprenderse de las sillas; o al menos de la silla como único elemento en el cual tú trabajas, tú comes… que de nuevo vamos a lo de antes, podría ser un elemento más, el problema es cuando tiene todo el protagonismo. Entonces si eliminásemos las sillas, que por otro lado no hemos tenido sillas hasta hace dos días a nivel evolutivo, las posiciones en las cuales tendríamos que sentarnos serían muy diferentes porque implicaría variabilidad, básicamente.

¿Tú comes directamente en el suelo?

Yo tengo una negociación constante con mi pareja en todas estas cuestiones, porque claro, cuando viene visita y este tipo de cosas, muchas veces la gente tiene expectativas de que se va a sentar en un sofá… entonces hay una negociación en curso, porque si fuese por mí no habría sofás, no habría sillas en casa y todo sería diáfano.

Si pudiésemos eliminar las sillas, tener espacios cómodos, diáfanos, mesas bajas, sin demasiados objetos que ocupan espacio… estaría bien.

En espacios de trabajo, la opción de los standing desk (mesas altas de oficina para estar de pie) también sería un problema si se están 12 horas de pie trabajando. Katy Bowman, que es una biomecánica de la corriente del MovNat propone espacios de trabajo dinámicos. No hay un único lugar de trabajo, sino que tú tienes distintas posibilidades; una mesa baja, una mesa intermedia, una mesa tradicional donde me siento en mi silla normal, etc. Realmente no hace falta tanto espacio, ni es tan complicado ni tan caro como parece.

Serían espacios flexibles. Ahora que mucha gente teletrabaja desde casa podemos hacerlo desde diferentes zonas; no es necesario encerrarse en una oficina con un escritorio y la típica silla.

Básicamente experimentar. Es un proceso. Estamos muy acostumbrados a que nos digan que es lo bueno, que es lo sano. ¡Pruébalo! Por ejemplo, yo soy muy partidario del calzado más natural, que se parece mucho a ir descalzo pero te da una protección en el pie. Claro, la gente parece que quiere que la convenzas de que eso es lo bueno. Yo no tengo porque convencer a nadie. Pruébalo, a ver tus sensaciones, a ver qué te parece más natural. Solo hace falta quitarse un poquito el miedo y atreverse.

Hablando de cómo organizar nuestro hogar, ¿se te ocurre alguna solución más?

Otro elemento clave para las personas, en general niños o adultos, sería tener algo de lo cual colgarse, una barra o unas espalderas. Todo este tipo de elementos de la cultura deportiva, de la cultura física de Suecia, que se han ido perdiendo porque en el mundo del fitness ha habido un proceso de tecnologización del entrenamiento. Se ha tendido más a máquinas y menos a trabajar con el propio cuerpo y con este tipo de elementos que había antes; en Educación Física, por ejemplo, era muy común ver ver ese tipo de barras. Otro elemento sería, por supuesto, ir descalzo en casa, y en invierno se podrían tener calcetines. Y luego cosas que ya no tienen tanto que ver con el cuerpo. Poner límites a las pantallas, que haya horas del día donde decidimos meter los móviles en una caja con temporizador. Fijar unas reglas y aceptarlas.

¿Qué opinas de tener un gimnasio en casa? ¿Es mejor entrenar al aire libre?

La palabras más importante aquí es adherencia, conseguir crear el hábito de entrenar donde te guste, en casa o mucho mejor al aire libre porque hay más ventajas. Y si la única forma que tienes de entrenar es en un gimnasio fuera de casa, pues es correcto. A mi me encantaría tener un gimnasio en casa, pero no está al alcance de todos.

¿Qué elementos para hacer deporte son indispensables para ti?

Prácticamente no necesitaríamos nada para entrenar. El propio cuerpo, algo de peso, como las kettlebell, un invento ruso del siglo 19, y una barra para colgarse por la salud articular del hombro, ya está. A partir de ahí, me gustaría tener una barra con discos, un rack para colocarla… Pero siendo honestos, para estar sanos, para estar fuertes y tener movilidad no hace falta nada más que el cuerpo.

 

“Siendo honestos, para estar sanos, para estar fuertes y tener movilidad no hace falta nada más que el cuerpo.”

 

¿Qué beneficios tiene entrenar en la naturaleza?

La relación que tenemos con la luz natural como sincronizador de nuestro reloj biológico y ritmos circadianos es super importante, siempre recomiendo a personas con problemas de sueño exponerse a luz solar por la mañana, eso es un sincronizador tremendo, no solo por la vitamina D, tiene muchísimos más beneficios. Tenemos el ejemplo de los baños de bosque japoneses, donde se usan los bosques como terapia y se analizan muchos marcadores del ser humano que mejoran tremendamente, y muchos de ellos no pueden explicarse científicamente. Pero lo cierto, es que estamos hechos para estar en espacios exteriores.

Hay que distinguir entre movimiento y ejercicio, es un matiz que debemos cambiar como sociedad, porque el ejercicio nunca será la solución a problemas que están surgiendo de riesgo cardiovascular, enfermedades respiratorias, diabetes… es el movimiento. Debe ser algo orgánico, un cambio de modelo, no fijarnos 10.000 pasos al día y ya está, no. Estamos diseñados para ahorrar energía, esto también lo dice el paleoantropólogo Lieberman, que ha escrito un libro hace poco sobre el ejercicio desde una perspectiva evolutiva. (Ejercicio: Cómo es que nunca evolucionamos para hacer ejercicio, por qué es saludable y qué debemos hacer, 2021, Daniel E. Lieberman)

 

“El ejercicio está muy bien pero como no cambiemos la idea de que necesitamos movernos, de que no es una opción, sino una necesidad… no se van a revertir los retos que tenemos para el siglo 21.”

 

No tiene sentido evolutivo gastar energía en algo que no tiene repercusión en tus necesidades inmediatas, como conseguir comida. Y el ejercicio está muy bien pero como no cambiemos la idea de que necesitamos movernos, de que no es una opción, sino una necesidad… no se van a revertir los retos que tenemos para el siglo 21. Y nunca va a ser un fenómeno mayoritario el que la gente tenga la cantidad y la calidad de movimiento necesario para estar sano en un entorno que no invita a ello, al revés.

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